Madrid, Viernes 9 de Mayo 2014. Día 443.
Oh,oh!…estás en el escenario, ahí, tú solita. El playback suena,,, y se te olvida no solo la estructura de la canción, sino lo que viene siendo la letra.
Me alegro de que esto haya sucedido en la escuela porque sí, estoy aprendiendo a estudiar canciones y a comprender su estructura pero no, nunca se me había olvidado absolutamente todo.
No sé si he salvado la situación o no, el caso es que me he inventado la letra con un “I forgot my line” y he estado agradecida al escuchar las últimas notas de la canción.
Todo esto da para reflexiones varias. Un de ellas para mí es la necesidad de aprender a gestionarse en las situaciones donde fallamos, evitar el derrotismo, y no sólo seguir adelante sino disfrutarlo y ser creativ@s. Yo, al igual que much@s supongo, tengo un enjuiciador interno bastante potente que me dice: “esto está mal”, ” qué ridículo”, ” no vales”, y toda serie de lindezas. Sin embargo poco a poco voy desarrollando un antídoto que me concede pensamientos más gratificantes: “éste es un caso práctico de gestión de ti misma, aprovéchala”, ” muy bien, no decaigas”, y demás discursos productivos.
Algo muy importante para mi, en mi aprendizaje de la autogestión es tener siempre en cuenta que el acto de una persona no tiene necesariamente que definir quién es, que un árbol tenga una hoja roja no hace al mismo rojo. Lo mismo sucede con un@ mism@: yo cometo errores pero no soy mis errores, en el mejor de los casos aprendo de ellos. Evitar actitudes derrotistas o victimistas y sobre todo evitar endosar responsabilidades a otr@s han sido los dos puntos más importantes para no estar ahora mismo martirizándome por el fallo cometido esta tarde.
Es cierto que creo que esta situación viene a decirme algo, y que tiene mucho que ver con la activación de la que hablaba ayer. Creo que ya es hora de comenzar con los propósitos. Pero como en caliente no se toman decisiones, prefiero ir a dormir y seguir más adelante.